Compártenos tus testimonios y se parte de nuestra comunidad
Mi vida era un desastre. Me sentía vacío, sin rumbo, a pesar de tenerlo todo materialmente. Las adicciones me consumían y mis relaciones estaban rotas. Intenté llenar ese vacío con fiestas, dinero y vicios, pero cada vez me sentía más solo.
Un día, un amigo me invitó a la iglesia. Al principio, fui por compromiso, pero lo que escuché ese día me tocó el corazón. Hablaban de un amor incondicional, de perdón y de una nueva oportunidad. No fue un cambio de la noche a la mañana, pero a medida que fui conociendo a Jesús, sentí una paz que nunca antes había experimentado. Dejé mis adicciones, reconstruí mi relación con mi familia y ahora siento que mi vida tiene un propósito. Jesús me rescató de la oscuridad y me dio una nueva oportunidad